Hace unos años la popularidad del yogurt griego aumentó increíblemente, principalmente en las dietas de pérdida de peso y luego empezó a tomar lugar en muchas recetas saludables. El caso de este es yogurt ha sido muy interesante porque parecía que con solo decir que era griego, ya se entendía que era saludable, pero eso depende de que versión de yogurt griego se está hablando.
Como con todos los alimentos cuando ganan popularidad, se encuentran varias versiones; la saludable y la poco saludable. Es cuestión de aprender escoger y determinar si ese alimento cumple con lo que se quiere para la alimentación y
nutrición que cada persona busca.
El yogurt griego, se obtiene colando el yogurt para retirar el suero de leche y así obtener una consistencia más espesa y cremosa, quedando con un sabor acido. Es decir, este tipo de yogurt viene de los lácteos y es una versión que se saca del
yogurt natural, por lo que en aportes nutricionales es muy similar al yogurt natural, con un poco más de concentración en proteínas, mismos probióticos, vitaminas y minerales. Por la publicidad que se le hizo a este yogurt muchas
personas lo empezaron a utilizar y una de las razones es porque varias versiones ofrecen un sabor delicioso y dulce, y esto viniendo de un producto saludable y bien recomendado, ha hecho que lo busquen más. En realidad, no es así, esas
versiones que parecen un postre delicioso tienen ingredientes de relleno poco saludables como azúcar refinado, crema, almidones, grenetina, entre otros. Un yogurt griego saludable, no debería de excederse de tres ingredientes, que serían
como leche, Cultivos lácticos, quedando con un bajo nivel de lactosa, pero no totalmente deslactosado. En las versiones poco saludables si tiene más lactosa ya que le agregan crema y más lácteos para obtener la consistencia y el sabor
deseado, a menos que la etiqueta lo indique.
En resumen, el yogurt griego si es saludable y si se puede incluir en una alimentación saludable y balanceada, pero se recomienda que sea la versión
original que es la más simple y para nada es dulce.
Por Guisela de Gramajo
Chef especializada en nutrición