es común que cuando se quiere mejorar la alimentación y nutricional se quiera hacer todo de una sola vez y que sea abrumador al ver todos los cambios que se deben hacer para obtener resultados. Muchas veces se queda en el intento porque son tantos los cambios que no se logra acoplarse a ellos ni ver resultados. Cuando se quiere hacer cambios en la alimentación y nutrición se debe de pensar que estos se van a hacer para que se vuelvan un hábito, es decir costumbre. Para lograr que un cambio se vuelva un hábito es necesario dedicarle 20 días y no someterse a otro cambio, por ejemplo, si se quiere dejar de consumir azúcar refinada en las bebidas y preparaciones de alimentos dulces, es importante dedicarse a este cambio y continuar con todo lo que tiene que ver con la alimentación igual sin cambios. Se recomienda planear cual es el hábito que se va a implementar, por ejemplo, si es un alimento el que se va a quitar, se debe de tener ya las opciones de sustituto. Por supuesto que los primeros días se va a sentir el cambio de sabor y se puede estar muy pendiente de eso, pero con el pasar de los días, esa atención va disminuyendo y uno se va acoplando al cambio y se empieza a disfrutar, así mismo se empiezan a
ver cambios en el organismo como por ejemplo tener más energía, no pasar hambre o no tener antojos, los resultados van a depender de que cambio se hizo, al final de 20 días ya se está acostumbrado al cambio y ya se hizo un hábito. Por lo que es importante dedicar un tiempo mínimo de 20 días a cada cambio, luego de lograr el primer cambio se pasa al siguiente. Si se siente que todavía cuesta un poco y no se acostumbra al cambio presente se puede continuar una o dos semanas más hasta lograrlo, el objetivo es hacer lo posible para que este cambio se haga habito y se logre ver avance y cambios en la salud y nutrición.
Por Guisela de Gramajo
Chef especializada en nutrición
