La cúrcuma y el jengibre son dos raíces que han tomado muchísima popularidad
por sus aportes en la cocina y sus cualidades medicinales, a veces se pueden
confundir pensando que son la misma raíz. A continuación, les comparto las
diferencias para que puedan aprovechar los beneficios que ambas raíces pueden
ofrecer.
La cúrcuma o también conocida como azafrán, es la raíz de una planta de hojas
verdes, cúrcuma longa, la raíz es de color amarillo fuerte y al hacerla polvo es la
que se utiliza en la cocina como condimento ya que aporta un sabor muy
agradable y también como un colorante natural de alimentos. Es rica en vitamina
C, E, complejo B y K, sodio, potasio, calcio, hierro, magnesio y zinc. La cúrcuma es
catalogada por muchas personas de modo informal como un super alimento, esto
es para hacer referencia que tiene la habilidad de prevenir y curar algunas
enfermedades, o aliviar los síntomas provocados por una enfermedad crónica.
Algunas de sus propiedades medicinales son; retarda el envejecimiento, protege
las células, evitando que se oxiden, Favorece la salud del hígado, ayuda a reducir
los niveles de colesterol en sangre, fortalece el sistema inmune, puede aliviar y
desinflamar las articulaciones causadas por artritis, mejorar la digestión.
El jengibre, también es la raíz de una planta que da flor llamada zingiber.
Utilizado en la cocina oriental dando un sabor fuerte y muy peculiar. tiene un alto
aporte en potasio, calcio, hierro, magnesio y fosforo, vitaminas A, C y complejo B.
También es llamado un super alimento, es popular por sus propiedades
antiinflamatorias, alivia las náuseas, mejora la función cerebral, combate
infecciones bacterianas, alivia dolores menstruales, ayuda a estabilizar los niveles
de azúcar en sangre, favorece la digestión, ayuda a reducir el colesterol
Ambas raíces se pueden consumir frescas, en polvo, en capsulas naturales y en té.
Por sus raíces puede ser que no a todas las personas les haga bien y tenga los
mismos resultados, por lo que si al consumirlas no se sienten bien de alguna
manera es mejor dejar de consumirlas.
Por Guisela de Gramajo
Chef especializada en nutrición