Es común escuchar a personas decir que el camote es más saludable que la papa,
y que es mejor evitar la papa a totalidad por que no es sana y no permite la
perdida de peso. El camote ha ganado más popularidad cuando se trata de una
alimentación balanceada, como un sustituto saludable de la papa, pero en
realidad, ¿es eso cierto?
Los tubérculos son raíces abultadas que las plantas utilizan para almacenar
nutrientes, la papa y el camote son tubérculos, que pertenecen al grupo de
macronutrientes de los carbohidratos, eso quiere decir que ambos aportan azúcar
natural. Eso los hace una fuente de energía saludable para el cuerpo y ayudan a
sentirse con saciedad mas tiempo. la papa si contiene un poco mas azúcar que el
camote y si entra en comparación con otros carbohidratos otros tendrán un poco
mas y otros menos, al igual que pasa con las frutas y eso no las convierte en
alimentos poco saludables .
Es común que se relacione la papa con algo que no es saludable y esto es debido
a que la forma mas común de consumirla es frita con aceites poco saludables, con
quesos, crema, mantequilla, en general grasas saturadas, pero la papa como tal es
un alimento saludable con beneficios nutricionales para la salud al igual que el
camote, depende de las preparaciones y por supuesto de las cantidades en las
porciones.
La papa y el camote son distintos en cuanto a propiedades y algunos nutrientes la
papa tiene más proteínas que el camote y un índice glicémico mayor que el
camote, el camote tiene más fibra, pero las diferencias no son tan significativas.
Papa
Proteínas
carbohidratos
Minerales: zinc, fósforo, hierro, magnesio, calcio, potasio
Antioxidantes
Fibra
Vitaminas: C, B, B3, B6; B9( acido fólico)
Camote
Proteínas
carbohidratos
Vitaminas: A, C, E, K y el complejo B
Minerales: hierro, calcio, fósforo, zinc, magnesio y potasio
Fibra
Ahora ya sabes las diferencias entre estos dos tubérculos y son carbohidratos
naturales sin procesar que puedes incluir en tu alimentación saludable, cuidando
las preparaciones, acompañantes y principalmente las porciones.
Por Guisela de Gramajo