El complejo es un sentimiento que uno crea en la mente cuando no estamos cómodos con alguna parte de nuestro cuerpo, sentimos descontento, aunque ya hayamos perdido peso, tendemos a compararnos con un estereotipo de cuerpo que no es el nuestro.
La pelea constante con nuestro cuerpo o pensamiento es tan fuerte que puede llegar a privarnos de disfrutar muchas cosas y quitarnos la felicidad de nuestros logros, es muy importante reconocer este sentimiento y hacer algo, porque sino se corrige no importa que hayas logrado, nunca lo vas a disfrutar porque siempre estará presente la sombra de que puede ser mejor.
En la mayoría de casos el complejo tiene que ver con la influencia de artistas y modelos que promueven la figura perfecta. Se sugiere que para obtenerla no es suficiente lo que podamos lograr naturalmente, hay que cumplir con ciertas medidas o con lo que esté de moda para encajar con esos estereotipos, tanto para mujer como para hombre.
Es importante entender que muchas figuras públicas viven de su imagen y deben hacerlo para mantenerse vigentes (es parte de su trabajo).
Otro aspecto que puede hacernos sentir distintos en una forma negativa son características físicas que nos disgustan, por ejemplo una cicatriz, estrías o una parte de nuestro cuerpo que aunque perdamos peso no va a cambiar.
Aceptarse, el primer paso
Al entender esto el siguiente paso es aceptar que todos somos diferentes y que tenemos la capacidad de vernos bien y proyectar belleza.
Debemos aceptarnos como somos, y si creemos que podemos mejorar perdiendo peso o haciendo ejercicio, hay que hacerlo, pero antes debemos conocer qué tipo de cuerpo tenemos para que en base a eso esperemos resultados.
Por ejemplo, una persona que es de complexión mediana, caderas anchas, no puede esperar tener un cuerpo sin caderas y llegar a ser talla dos, porque este objetivo iría en contra de la forma natural de su cuerpo. En lo que debe trabajar es en tener una versión mejorada de su propia figura.
Muchas personas logran perder peso, sin embargo no lo disfrutan ni lo celebran porque no se ven como la imagen que tiene en mente, deben librarse de esas cadenas y empezar a disfrutar sus logros, aceptarse como son y principalmente dejar de pelear con ellos mismos.
Yo se de ese tema. Todo lo que describí anteriormente lo viví por mucho tiempo, tuve complejos por mis piernas gruesas y mi cadera ancha, aún habiendo perdido peso. Tengo una cicatriz en la espalda por un tumor benigno, que tuve en la adolescencia, y siempre me limite a usar vestidos con los que fuera visible.
Hasta que descubrí que había llegado a mi mejor versión y acepté que, aunque no me veo igual a otras personas que considero tienen un cuerpo lindo, yo también lo tengo de diferente forma.
La cicatriz de mi espalda ya no me molesta porque forma parte de quien soy y de mi vida, así que ya no me preocupo en ocultarla, no tiene nada malo, forman parte de mí.
Así que ya sabes, acéptate cómo eres físicamente, mantén una alimentación saludable, haz ejercicio y disfruta tus logros. Atrévete a usar ese traje de baño o short que siempre has querido, ¿por qué no? ya hiciste todo lo que podrías hacer para mejorar. ¡Ahora es tiempo de disfrutar!