Al cuidar la salud a través de la alimentación; un aspecto importante a ponerle atención es el aceite que utilizamos para cocinar, ya que este forma parte 25 % de grasas saludables que debemos consumir a lo largo del día. Muchas personas piensan que el aceite es saludable si este viene de una fuente vegetal. En realidad, si se recomienda que sea de origen vegetal pero un factor de igual importancia es el proceso que el aceite tiene, ya que este puede determinar si el aceite es saludable o no.
Existen los aceites altamente procesados, los cuales pasan por un proceso de hidrogenación, en el cual pierden todos los nutrientes por lo tanto sin nutrientes no puede tener ningún beneficio para la salud. También al ser aceites pasados por este proceso, se vuelven aceites que causan inflamación general al organismo y esta inflamación al ser constante puede llevar a desarrollar otras enfermedades más serias.
También existen estudios científicos que demuestran que los aceites que pasan por el proceso de hidrogenación se convierten en grasas saturadas, que afectan los niveles de colesterol y pueden formar plaquetas y provocar problemas de circulación, al igual que las grasas saturadas de origen animal.
La vedad puede chocar un poco, ya que los únicos aceites que de verdad son saludables y tienen beneficios para la salud, son los que no son sometidos a procesos industriales. Estos aceites son los llamados vírgenes; los cuales son extraídos directamente de la fuente, por ejemplo el aceite de oliva es extraído directamente de las aceitunas por medio de un proceso físico o mecánico, sin químicos ni ingredientes de relleno, conservando todos sus nutrientes. De todas las clases de aceite se pueden encontrar procesados y vírgenes, por lo que se debe de buscar la etiqueta que diga que es virgen y la etiqueta de atrás del aceite, de la lista de ingredientes donde
indique que es el aceite puro y no tenga más ingredientes de ningún tipo.