Es común escuchar a personas lamentarse después de tener una comida o un gustito poco saludable, o escuchar decir ¨mañana el doble de tiempo al gimnasio o mañana no como más que lechuga¨ y así existen muchas formas en que las personas se castigan porque sienten que hicieron algo mal. Y al final en lugar de haber disfrutado la comida o el postre que se les había antojado, termina siendo una tortura.
Es muy importante entender que se tiene derecho a disfrutar la vida, por lo que es necesario implementar una buena relación con la comida; empezando por no clasificarla como buena y mala, sino como saludable y poco saludable, porque no se está haciendo algo malo. Una buena relación con la comida va de la mano con que no debe de haber extremos ni exageraciones, es decir es importante llevar una alimentación saludable y nutritiva todos los días para cuidar la salud, pero eso no quiere decir que la alimentación saludable tiene que ser perfecta y que si se come algo que no es saludable de vez en cuando o el fin de semana ya se arruinó el proceso.
La idea es que, si una persona se está esforzando para llevar una alimentación y un estilo de vida saludable, el comer algo poco saludable en la semana, forma parte de una vida saludable. Un gustito poco saludable no va a estropear todo el esfuerzo, porque no es una dieta temporal sino una alimentación saludable de forma permanente. Entonces por supuesto que es válido comer lo que se antoje de vez en cuando, y cuando se haga, disfrutarlo sin pena, ni castigos, la vida y la alimentación continúa igual. El problema es que si no se comen algunos gustos que se antojan, esos antojos se acumulan y eventualmente se cansa y se para comiendo mucha comida poco saludable y se dejan de lado todos los buenos hábitos y la alimentación saludable y esto si puede llevar a un trastorno alimenticio.
En resumen, todo con moderación es válido.
¡Así que si que continua que lo estás haciendo bien!
Por Guisela de Gramajo
Chef especializada en nutrición
